Campaña Verin. Escenario 1: infiltración



Ejércitos:
Atacante: 500 puntos de Imperio Tau.
Defensor: 500 puntos de la Guardia Imperial.

Al ser ejércitos pequeños aconsejamos que se sigan estos parámetros.
1 CG de 50pt equipo máximo
200 pt línea mínimo
0-1   ataque rápido
0-1   elite
*No personajes de más de 3 heridas
*No vehículos con una suma de blindaje superior a 32


Objetivo:
Las fuerzas taus deben infiltrarse y destruir la antena principal de comunicaciones del planeta Verin para evitar la llegada de refuerzos de inmediato. La batalla no tiene límite de turnos, termina cuando las fuerzas taus sean rechazadas o cuando la torre de comunicaciones sea destruida

Consecuencias: si los Imperiales consiguen la vitoria podrán incluir escuadras de cruzados como tropas de elite, representando la llegada de los primeros Adeptus Astartes al planeta Verin por la el mantenimiento de las comunicaciones.

Despliegue:
EL edifico de comunicaciones se encuentra en el centro del tablero. El jugador de la guardia despliega a 30 cm de este en primer lugar.
El jugador tau lo hace a una distancia de 45 centímetros de cualquier escuadra enemiga.
El jugador tau empieza en primer lugar. Las fuerzas de la Guardia Imperial no pueden hacer nada hasta que no vean a los taus (tira la distancia que ven cada turno como si estuvieran disparando) o bien cuando algo dispare.

Reglas especiales:

-Combate nocturno.

-Torre de comunicaciones: cuenta como un vehículo inmóvil de blindaje 12 por todas partes. De armas dispone de dos rifles laser (supuestamente de tropas que están guarnecidas en el bunker de la torre) y cuenta con un reflector.
Este elemento es muy importante para el planeta por lo que cuenta con un escudo de vacío que lo protege de los ataques de larga distancia. Para representa esto, las armas que impacten contra  la torre no tendrán efecto a menos que se efectúen los disparos a una distancia de 30 cm o menos.
Para representar los objetivos de la misión, todas las miniaturas del bando taus estarán equipadas con granadas foto.nicas sin coste adicional.

La Guerra de Verin. Capitulo 1

Aquella noche el soldado Harm se recostó sobre la incómoda barandilla sobre la que apoyaba su espalda. Le habían destinado a él junto con su escuadra de la Fuerza de Defensa Planetaria a una torre de vigilancia al este del repetidor de trasmisiones interplanetarias principal de Verin. Al oeste de la zona se encontraba la plataforma de aterrizaje, con una escuadra destinada para la protección de esa zona del perímetro. Al norte y al sur, las principales entradas, estaban cubiertas por un par de puestos avanzados de vigilancia con tropas del FDP. En centro del complejo se encontraba la antena custodiada por una unidad del FDP junto al oficial al mando de la operación, el teniente Kirm del 5º Regimiento Verin de la Guardia Imperial, había traído consigo algunas tropas con armas pesadas que había distribuido entre las milicias planetarias que defendían la zona, él se mantenía junto a una pequeña unidad compuesta por seis de soldados del la Guardia imperial.




Harm observó a los dos atentos soldados de la guardia imperial que manejaban un bolter pesado. Desconfiaba de aquellos soldados ¿acaso se creían superiores con sus limpias armaduras antrifrag color blanco y sus recién pulidos rifles laser?, comparados con los desgastados uniformes color gris de las FDP y que su armamento claramente anticuado y más que usado. 
Los pensamientos de hostilidad hacia los guardias imperiales fueron cortados de improviso cuando unas luces azules atravesaron el cielo en dirección a la torre, varios golpes sonaron al chocar los proyectiles contra el metal y el plastiacero de la estructura. Un soldado fue alcanzado por un haz de luz y cayó al suelo herido entre gritos. Unos segundos de silencio siguieron a aquella andanada hasta que rápidamente los dos soldados de la guardia imperial reaccionaron. El primero cogió un foco situado en uno de los lados de la torre alumbrando hacia la amenaza. Acto seguido su compañero comenzó a descercar mortíferas salvas de munición bolter contra ellos. La rápida reacción de los dos guardias, conseguida a base de entrenamiento y experiencia en combate, despertó al resto de tropas de la torre que inmediatamente se pusieron en posición de disparo y bañaron de la mortífera luz de los laser el lugar de donde provenían los disparos.

 La vanguardia de la incursión tau estaba formada por varias escuadras de guerreros de fuego. Claramente estos no estaban acostumbrados a realizar misiones de infiltración y comenzaron a disparar demasiado pronto y demasiado lejos del enemigo. La respuestas de las fuerzas imperiales fue contundente y la primera línea tau se desplomo ante los proyectiles de gran calibre que llegaban desde la torre. La misión de infiltración había fallado, estallando una batalla campal. El resto de guerreros de fuego tau se desplegaron y avanzaron hacia las posiciones imperiales; un equipo de armaduras Crisis encendió sus retrocohetes y surcó el cielo desde la retaguarda de la fuerza tau.

Harm disparó su rifle laser contra los taus que avanzaban hacia él. La situación parecía controlada, la torre les daba una posición privilegiada para disparar además de cobertura. Los disparos de los rifles laser junto con el apoyo del arma pesada de la guardia imperial estaban provocando una gran cantidad de bajas entre los tau. De repente tres grandes figuras se elevaron seguidas por un haz azul en la oscuridad y se lanzaron hacia la torre. La primera de las armaduras crisis fue rápidamente abatida por la saturación de fuego de armas laser que se concentro sobre ella, estrellándose contra el costado de la torre. La segunda comenzó a lanzar mortales andadas de plasma hirviendo contra los imperiales, varios cayeron al suelo consumidos en un charco de ardiente plasma. El artillero del bolter pesado encaró rápidamente el arma, recibiendo la armadura de combate una ráfaga a quemarropa que atravesó su armadura por varios lugares detonándose segundos depuse los proyectiles bolter dentro, cayendo hacia la base de la fortificación. La última de las armaduras Crisis alcanzó la torre y el lanzallamas con el que estaba equipada comenzó a escupir combustible ardiendo sobre los desafortunados soldados.

En el oeste un equipo de kroots se habían infiltrado mucho mejor que sus aliados taus. De manera letal, habían aparecido de entre las sombras de la noche acabando rápidamente con la escuadra encargada de proteger la plataforma de aterrizaje. Subieron por ella y una vez estuvieron en la parte superior comprobaron el caos que reinaba en la instalación de la antena, la luz de los disparos y las explosiones iluminaban la noche acompañado por un ensordecedor conjunto de gritos y detonaciones de las armas. El líder kroot dirigió a sus guerreros que escalaron la plataforma de aterrizaje. Al llegar a la parte superior se encontraron frente a una escuadra de Fuerzas de Defensa Planetaria. Los kroots se lanzaron a la carga contra los humanos mientras gritaban y disparaban sus armas. Los guaridas imperiales respondieron con andanadas de sus rifles laser derribando a un buen número de kroots antes de que estos llegaran a su posición. Fue entonces cuando comenzó la carnicería, los dos bandos iniciaron una desesperada lucha cuerpo a cuerpo en la que los kroots tenían ventaja. Los soldados imperiales se defendieron de los brutales depredadores a bayoneta calada, cuchillos o las culatas de sus rifles laser. Sin embargo esa lucha solo podía tener un final.
 


El teniente Kirm observaba nervioso el panorama. La situación en la torre oriental estaba controlada y había mandado la escuadra de refuerzo del FDP con la que contaba a la plataforma de aterrizaje previniendo un posible ataque, los disparos laser que sonaban desde esa posición demostraron el acierto de su decisión. Por otra parte había puesto en máxima alerta a las tropas que protegían los puestos norte y sur, solicitando que enviaran parte de sus tropas a la antena como refuerzos. Observó el entonces como lo alto de la torre se había convertido en un infierno de fuego. A su izquierda las fuerzas de la plataforma de aterrizaje estaban siendo superadas.
Varios taus supervivientes se acercaban al centro de trasmisiones y el teniente y su escuadra avanzaron a hacerle frente. Las ordenadas ráfagas de laser de las disciplinadas tropas de los soldados del 5º Regimiento Verin derribaron a la mayoría de los desorganizados taus que avanzaban desesperadamente en un vano intento por destruir la instalación. Fue entonces cuando apareció la armadura de combate superviviente dirigiendo el avance de los escasos tau que quedaban. Los proyectiles de plasma disparados por la XV8 acabaron en el acto con la vida de dos de los soldado verinianos de los cinco que acompañaban a Kirm, un tercero fue derribado por un proyectil de un guerrero del fuego. Kirm no se lo pensó dos veces, aquella maldita armadura acabaría con ellos en cuestión de segundo si no hacia algo, desenvainó su sable de energía y le lanzó a la carga contra la enorme figura que era el guerrero tau. Los proyectiles de plasma silbaron muy cerca del teniente sin llegar a alcanzarle. Cuando llegó a la altura de la armador de combate lanzo un primer golpe descendente que cercenó parte del brazo derecho de la armadura junto con la mitad del rifle de plasma acoplado en la extremidad, el plasma en ebullición empezó a supurar de los restos del arma desasiendo los trozos del brazo de la armadura que se derretía como una vela. El segundo tajo lo lanzo contra el pecho del alienígena que lo esquivó de un salto. Una enorme explosión sacudió toda la instalación, Kirm salió despedido por la onda expansiva. Una gran bola de fuego terminada en una gran columna de humo negro estaba donde antes se encontraba la antena de comunicaciones. Uno de los poco guereros del fuego supervivientes había conseguido llegar al generador de energía del centro de trasmisiones, colocando un explosivo portátil cuya detonación destruyó completamente la antena de trasmisión.

Los escasos soldados del FDP que quedaban en lo alto de la plataforma de aterrizaje se defendían a duras penas de los kroots que los tenían rodeados y los superaban en número. Las bayonetas trataban de parar los filos de las armas kroots. Una gran explosión sacudió el suelo, la antena de trasmisiones acaba de explotar e inmediatamente los kroots cesaron en su furioso ataque y saltaron de la plataforma perdiéndose entre las sombras tan rápido como habían aparecido.

Kirm abrió los ojos y observó la noche iluminada por el fuego. Los taus habían desaparecido y la antena de trasmisiones estaba completamente destruida. Uno de los soldados supervivientes de su escuadra, llamado Yrh se encontraba a su lado y le ayudo a levantarse. Observó a los pocos hombres que le quedaban agrupados cerca, que iban acudiendo al lugar. Aun les quedaba mucho por hacer, debían salir de allí y avisar al resto de las fuerzas imperiales en el planeta del ataque tau. La guerra había llegado a Verin y la lucha no había hecho más que comenzar.